Sprint Nextel ha desatado una auténtica batalla entre dos multinacionales por hacerse con su estratégica participación del mercado.
En menos de un año, Sprint Nextel se ha convertido en uno de los bocados más apetitosos de la industria mundial de las telecomunicaciones. Tanto que Softbank, uno de los principales operadores móviles de Japón, realizó una nueva oferta por US$21.600 millones para hacerse con la compañía estadounidense, el tercer operador de su país, con una base de 55,6 millones de abonados el año pasado y ganancias de US$35.345 millones. Esa nueva propuesta significó un aumento sustancia y estratégico de 7,5% frente a la presentada en octubre de 2012 por US$US$20.100 millones.
Una jugada oportuna por parte de Masayoshi Son, presidente de la compañía nipona, para asegurarse la operación que le permitiría una exitosa expansión en Estados Unidos. Sobre todo después de que Dish Network Corp., uno de los más grandes proveedores de televisión satelital en el país del norte, decidiera realizar su propia oferta: US$25.500 millones. Aunque significa más dinero sobre la mesa, su viabilidad se ha convertido en poco probable debido a la apuesta a futuro: la dirección de Sprint confía en que el know how de Softbank, que el año pasado reportó ingresos operacionales de 625.300 millones de yenes (alrededor de US$177.700 millones), pueda ayudarles a incrementar su participación en el mercado frente a la propuesta de Dish de convertirse en un jugador clave de servicios empraquetados (en este caso, televisión satelital, telefonía móvil e internet).
“Softbank está tratando de asegurar la adquisición. Ya había hecho una buena oferta, pero aumentarla significa que tiene una confianza absoluta en revivir los balances de Sprint”, le dijo Tomoaki Kawasaki, analista de la consultora japonesa Iwai Cosmo Holdings, a la agencia Bloomberg. Este es un aspecto esencial de la operación, pues los balances de Sprint siguen mostrando números rojos en algunas áreas a medida que sus competidores, AT&T y Verizon, ampliaran tanto su portafolio como su base de usuarios. De hecho, su ingreso operacional cayó en terrenos negativos, de -US$2.890 millones en 2011 a –US$4.325 millones el año pasado.
Pero no todo está dicho en esta batalla. A pesar de que Paulson & Co., el fondo privado que es el segundo mayor accionista de Sprint, anunció que votaría en la asamblea del martes por la oferta mejorada de Softbank, y que la propia junta directiva de la compañía estadounidense considera que las negociaciones con Dish llegaron a su punto muerto, al proveedor de televisión satelital aún le queda un as bajo la manga: el 18 de junio vence su plazo para entregar una oferta mejorada al pago de US$4,76 por acción y 0,059 títulos de la nueva compañía a cada uno de los accionistas de Sprint, firma que, considera su junta directiva, asumiría una deuda muy alta.
Aun así, los analistas creen que esta saga seguirá enredándose. “No se puede descartar la posibilidad de que Dish mejore su oferta y Softbank la enfrente. Es muy difícil considerar que está historia ha terminado”, le dijo Hiroshi Yamashina, de la oficina en Tokio de BNP Paribas, a Bloomberg. Otra cosa piensan los directivos de Sprint, que, después de la reunión de este martes con sus accionistas, esperan culminar un acuerdo de venta que revitalice sus finanzas y le dé un nuevo norte antes del primero de julio.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario