La adicción al Candy Crush es un mal que todos hemos padecido. Ya sea porque nosotros mismos estamos enganchados, o bien, algún familiar, amigo o conocido se encuentra inmerso en este círculo vicioso.
Aunque su aparición fue hace poco, Candy Crush cuenta con unos 45 millones de jugadores activos. ¿Por qué este mentado jueguito causa dependencia en quien lo juega?
La respuesta quizá la tenga Tom Stafford, de la Universidad de Sheffield, y que atribuye la adicción al Candy Crush al Efecto Zeigarnik. Esta teoría fue formulada a principios de siglo pasado por la psicóloga Bluma Zeigarnik, mientras observaba el comportamiento de un grupo de meseros, los cuales eran capaces de recordar una gran cantidad de pedidos pendientes, pero una vez que los resolvían y servían los platillos, los olvidaban con facilidad.
Con base en esto, Zeigarnik realizó varias pruebas en laboratorio con voluntarios a los que sometió a 20 ejercicios mentales. La mitad de ellos fueron interrumpidos. Al terminar el experimento, los usuarios recordaban con mucha más facilidad las tareas que no habían terminado, que aquellas que habían completado.
Esta necesidad de solventar o terminar algo es la que se queda clavada en la cabeza y causa adicción, y es lo mismo que sucede cuando un jugador no puede pasar un nivel de Candy Crush. Está sensación de ansiedad sólo se alivia cuando se juega de nuevo.
Este no es el único efecto adictivo provocado por Candy Crush, otros de estos factores es la puntuación por medio de rankings, que nos hace querer ser mejores que nuestros conocidos; también está la expectativa por saber cómo serán los próximos niveles; el tener un número limitado de vidas; o el factor social al vernos rodeados de personas que lo juegan. En conjunto, todo esto hace que este juego genere unos 600 millones de partidas al día.
Si eres de los que critican a quienes juegan Candy Crush, no lo hagas tan a la ligera, quizá ellos ya cayeron en las garras de este maldito vicio.
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