Un grupo de científicos japoneses y norteamericanos, liderados por el ganador del Nobel, Susumu Tonegawa, logró implantar recuerdos falsos al hipocampo de un ratón. Según explica Tonewaga, esta investigación está orientada a saber cómo se forman recuerdos falsos en los seres humanos.
Cuando tu familia te muestra repetidas veces una fotografía de tu infancia y te cuenta historias al respecto, puedes llegar a formar recuerdos falsos y convencerte de que realmente “te acuerdas” de lo que pasa en esa fotografía. Más aún, numerosos testigos de hechos criminales estaban completamente seguros de “recordar” a una persona cometiendo un asesinato, hasta que las pruebas de ADN dijeron lo contrario.
El hecho es que podemos crear recuerdos falsos, difíciles de distinguir de los verdaderos. Ésta es una idea ciertamente perturbadora, pues ¿cuántas cosas que creemos recordar en realidad nunca pasaron? La memoria es el testimonio entero de nuestra vida, de acuerdo a lo que vivimos en el pasado, tomamos decisiones en el presente. Pero, ¿qué puede pasar si resulta que nuestros recuerdos son inventados?
La implantación de un recuerdo falso en este experimento se realizó con miras a entender mejor los procesos mediante los cuales los seres humanos generamos recuerdos de cosas que no vivimos. El experimento se llevó a cabo de la siguiente forma: primero metieron al ratón a un pequeño cuarto con un olor, una forma y una luz determinados. Más tarde movieron al ratón a otro cuarto completamente distinto, en el que además recibía descargas eléctricas. Después, los científicos estimularon con lásers las zonas del hipocampo (en el cerebro) del ratón que se asociaron con el primer cuarto, mientras el animal se encontraba en el segundo cuarto.
Finalmente, cuando el roedor regresó al cuarto 1, comenzó a comportarse precavido y asustado, como si recordara (falsamente) que en ese cuarto había recibido las descargas. Cuando el ratón fue transportado a un tercer cuarto, completamente diferente a los dos anteriores, dejó de sentirse asustado. Susumu Tonegawa declaró que:
“El animal construyó un recuerdo de algo que no pasó”.
Los procesos para crear memoria verdadera y memoria falsa son muy parecidos, por lo que la diferenciación es sumamente complicada. La pregunta es, ¿un experimento de este tipo puede derivar en la manipulación de los recuerdos humanos? Sin duda alguna, sería una capacidad muy peligrosa.
Lo cierto es que normalmente vivimos con la idea de que nuestros recuerdos son verdaderos y son nuestros. La realidad nos dice que puede que ninguna de las dos cosas sean ciertas.
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