La ameba Naegleria fowleri provoca una rara enfermedad denominada “meningoencefalitis amebiana primaria”. Esta ameba vive en lagos y estanques cálidos y si se te introduce en las fosas nasales, llega a tu cerebro y literalmente lo devora.
Desde 1962 sólo ha habido 128 casos registrados, en los que sólo una persona conservó la vida. En el 2011 se registró la muerte de dos personas en Louisiana, EU, por beber agua del grifo. Recientemente se confirmó un nuevo caso en Arkansas, lo que pone en alerta a los servicios de salud norteamericanos.
Jonathan Yoder, epidemiólogo del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos, comentó que:
“Cuando la gente se baña en aguas dulces templadas durante el verano, la ameba puede penetrar en el cerebro a través de las fosas nasales. Esto causa dolor de cabeza, tortícolis y vómitos, que progresa hacia síntomas más graves. Entre la exposición y el inicio, la infección generalmente deriva en un estado de coma y la muerte al cabo de unos cinco días”.
No se sabe cómo es que de entre miles de bañistas, las amebas eligen a sus huéspedes. Lo cierto es que provocan una enfermedad fulminante y potencialmente muy peligrosa.
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